Cuando trabajamos en grupo aparecen diferentes emociones que tenemos que aprender a manejar de forma individual y colectiva. A continuación, presentamos una serie de juegos y ejercicios que nos ayudan a poner nombre a eso que sentimos y facilitan la tarea de compartir nuestros sentimientos al resto del grupo.
A primera vista parece un trabajo sencillo, incluso para algunos/as, prescindible. Pero nuestra experiencia nos dice que cuando compartimos cómo nos sentimos y escuchamos a nuestros/as compañeros/as, las relaciones son menos tensas y el clima de trabajo se hace más agradable. Así, el grupo se reafirma en sí mismo y las relaciones entre participantes fluyen más.